TRAUMATISMOS VASCULARES, HEMORRAGIAS INTERNAS Y EXTERIORIZADAS
"Socorrismo y Primeros Auxilios"
1. HEMORRAGIAS INTERNAS
Las hemorragias internas son aquellas hemorragias donde la sangre extravasada permanece en el interior del cuerpo, como por ejemplo en la cavidad abdominal.Se trata siempre de casos con frecuencia difíciles de apreciar, ante las cuales el socorrista debe estar siempre prevenido, ya que solamente una intervención quirúrgica precoz puede contener este tipo de hemorragias.
Las hemorragias internas se pueden producir por muy diversas causas, entre las que podemos destacar las siguientes:
• Herida de arma blanca, proyectiles y cuerpos extraños. La herida es mínima y la hemorragia tiene lugar en el interior del organismo.
• Fracturas. Es cuando un fragmento óseo cortante secciona una arteria o vena y el miembro afectado aparece inflamado, amoratado y frío.
• Contusión abdominal y torácica.- Las pequeñas o grandes contusiones abdominales y torácicas que se producen por ejemplo en los atropellos o caídas de personas o en los hoy en día comunes accidentes de tráfico, pueden ser causas suficientes para provocar la rotura del hígado, el bazo o perforación del pulmón y provocar hemorragias internas graves y peligrosas. También una hemorragia puede ser espontánea, como, por ejemplo, en la rotura de un embarazo de asiento anormal (embarazo extrauterino).
• Traumatismos cráneo-encefálicos.- Son muy habituales cuando por cualquier causa la zona de la cabeza recibe un golpe o contusión, produciéndose pequeñas hemorragias o coágulos de sangre que necesitan una rápida intervención quirúrgica.
• Equimosis y hematomas.- Pueden producirse de forma espontánea y ser un síntoma de una enfermedad de la sangre; pero cuando no sucede así, normalmente son originados u ocasionados por algún tipo de golpe o contusión. Es decir, se producen por un derramamiento de sangre debajo de la piel, apareciendo días después del accidente una coloración amoratada en la zona. La equimosis o “cardenal” tiene menos importancia que el hematoma, el cual se manifiesta por un “bulto” o prominencia. Ambos pueden ser signo de una fractura inadvertida. El tratamiento inmediato consistirá en compresas frías; el ulterior correrá a cargo del médico.
En líneas generales y cuando el socorrista no presencie el accidente en cuestión, podrá reconocer únicamente que un herido presenta una hemorragia interna cuando efectúe el reconocimiento por el aspecto que presente la persona herida, ya que el cuadro de síntomas que presenta es el de un fuerte shock, el rostro habitualmente muy pálido, y cuando consiga tomar el pulso apreciará que es muy débil y muy rápido.
• Herida de arma blanca, proyectiles y cuerpos extraños. La herida es mínima y la hemorragia tiene lugar en el interior del organismo.
• Fracturas. Es cuando un fragmento óseo cortante secciona una arteria o vena y el miembro afectado aparece inflamado, amoratado y frío.
• Contusión abdominal y torácica.- Las pequeñas o grandes contusiones abdominales y torácicas que se producen por ejemplo en los atropellos o caídas de personas o en los hoy en día comunes accidentes de tráfico, pueden ser causas suficientes para provocar la rotura del hígado, el bazo o perforación del pulmón y provocar hemorragias internas graves y peligrosas. También una hemorragia puede ser espontánea, como, por ejemplo, en la rotura de un embarazo de asiento anormal (embarazo extrauterino).
• Traumatismos cráneo-encefálicos.- Son muy habituales cuando por cualquier causa la zona de la cabeza recibe un golpe o contusión, produciéndose pequeñas hemorragias o coágulos de sangre que necesitan una rápida intervención quirúrgica.
• Equimosis y hematomas.- Pueden producirse de forma espontánea y ser un síntoma de una enfermedad de la sangre; pero cuando no sucede así, normalmente son originados u ocasionados por algún tipo de golpe o contusión. Es decir, se producen por un derramamiento de sangre debajo de la piel, apareciendo días después del accidente una coloración amoratada en la zona. La equimosis o “cardenal” tiene menos importancia que el hematoma, el cual se manifiesta por un “bulto” o prominencia. Ambos pueden ser signo de una fractura inadvertida. El tratamiento inmediato consistirá en compresas frías; el ulterior correrá a cargo del médico.
En líneas generales y cuando el socorrista no presencie el accidente en cuestión, podrá reconocer únicamente que un herido presenta una hemorragia interna cuando efectúe el reconocimiento por el aspecto que presente la persona herida, ya que el cuadro de síntomas que presenta es el de un fuerte shock, el rostro habitualmente muy pálido, y cuando consiga tomar el pulso apreciará que es muy débil y muy rápido.
Ante estos heridos el socorrista nunca deberá ofrecerle estimulantes (café, alcohol, inyecciones estimulantes), pues al aumentar la capacidad o potencia circulatoria aumentará entonces la hemorragia.
Por ello, dado el gran peligro que corren estos heridos de morir en breves minutos, la actitud a seguir será:
- Colocar al lesionado, acostado sobre la espalda si no se advierte en el reconocimiento algún tipo de fractura.
- Con la cabeza baja y bien abrigado se procederá con toda urgencia al traslado al hospital más próximo.
- Es decir, el socorrista es necesario que tenga siempre presente que una hemorragia interna puede no ofrecer síntoma alguno al producirse, que la misma se puede producir tardíamente, y que toda persona que ha recibido un golpe en el abdomen, tórax y cabeza debe ser considerada como sospechosa de hemorragia interna y que debe guardar reposo absoluto bajo vigilancia quirúrgica prolongada.
2. HEMORRAGIAS EXTERIORIZADAS
Las hemorragias exteriorizadas son aquellas hemorragias donde la sangre fluye hacia el exterior del cuerpo humano a través de un orificio natural ( boca, nariz, oído, ano, uretra, ojos, etc.) debidas normalmente a hemorragias que suelen producirse por causas similares a las hemorragias internas.Por ello, de acuerdo al orificio natural del cuerpo por donde emana la sangre al exterior, distinguiremos las siguientes situaciones:
• Hemorragia nasal (Epistaxis). Es un accidente frecuente, a veces espontáneo como consecuencia de un golpe en la nariz. En ocasiones es suficiente, para cohibir la hemorragia, comprimir con los dedos pulgar e índice formando pinza contra el tabique nasal medio durante cinco minutos, sin descomprimir la ventana o agujero que sangra, apoyando bien el codo sobre la mesa. Si la hemorragia no se corta rápidamente o se reproduce, será urgente la intervención de un médico.
• Vómitos y esputos con sangre. Un sujeto sano puede tener bruscamente un vómito de sangre o simplemente esputos (al toser) sanguinolentos. Tanto las hemorragias de origen digestivo como las de origen respiratorio son síntomas muy serios que requieren ser tratados urgentemente y exclusivamente por un médico. También pueden presentarse estas hemorragias después de un accidente, y debe considerarse la posibilidad de una lesión interna. En cualquier caso, la conducta a seguir será la de acostar al enfermo en posición semisentada, requerir inmovilidad absoluta, no beberá ni comerá nada y avisar urgentemente a un médico o traslado al hospital.
• Otorragia (salida de sangre por los oídos). La salida de sangre por los oídos puede ser consecuencia de la rotura del tímpano, debida a explosiones producidas en las proximidades del herido (efecto de la onda explosiva). En este caso tiene poca importancia, no es grave; pero debe remitirse el herido al médico para que establezca el diagnóstico exacto ya que por lo general nada puede hacer el socorrista. La otorragia también es a veces un síntoma de fractura de la base del cráneo, en cuyo caso es de una gravedad extraordinaria y la conducta a seguir por el socorrista es la de acostar al herido con la cabeza baja y sobre almohada muy blanda, mantenerlo en inmovilidad absoluta y evacuar rápidamente a un Centro médico, con sumo cuidado de no producirle golpes ni sacudidas.
• Melenas (salida de sangre por el ano).- Siempre son de mucha gravedad, excepto en enfermos que padecen hemorroides, y la conducta a seguir por el socorrista es la misma que se expone para los vómitos de sangre.
• Sangre en la orina.- Puede que sea de origen renal o por rotura de la vejiga; a veces es un síntoma de la fractura de pelvis, que a su vez ha roto la vejiga de la orina. En todo caso es grave y debe procederse a una evacuación rápida a un centro hospitalario.
• Hemorragia nasal (Epistaxis). Es un accidente frecuente, a veces espontáneo como consecuencia de un golpe en la nariz. En ocasiones es suficiente, para cohibir la hemorragia, comprimir con los dedos pulgar e índice formando pinza contra el tabique nasal medio durante cinco minutos, sin descomprimir la ventana o agujero que sangra, apoyando bien el codo sobre la mesa. Si la hemorragia no se corta rápidamente o se reproduce, será urgente la intervención de un médico.
• Vómitos y esputos con sangre. Un sujeto sano puede tener bruscamente un vómito de sangre o simplemente esputos (al toser) sanguinolentos. Tanto las hemorragias de origen digestivo como las de origen respiratorio son síntomas muy serios que requieren ser tratados urgentemente y exclusivamente por un médico. También pueden presentarse estas hemorragias después de un accidente, y debe considerarse la posibilidad de una lesión interna. En cualquier caso, la conducta a seguir será la de acostar al enfermo en posición semisentada, requerir inmovilidad absoluta, no beberá ni comerá nada y avisar urgentemente a un médico o traslado al hospital.
• Otorragia (salida de sangre por los oídos). La salida de sangre por los oídos puede ser consecuencia de la rotura del tímpano, debida a explosiones producidas en las proximidades del herido (efecto de la onda explosiva). En este caso tiene poca importancia, no es grave; pero debe remitirse el herido al médico para que establezca el diagnóstico exacto ya que por lo general nada puede hacer el socorrista. La otorragia también es a veces un síntoma de fractura de la base del cráneo, en cuyo caso es de una gravedad extraordinaria y la conducta a seguir por el socorrista es la de acostar al herido con la cabeza baja y sobre almohada muy blanda, mantenerlo en inmovilidad absoluta y evacuar rápidamente a un Centro médico, con sumo cuidado de no producirle golpes ni sacudidas.
• Melenas (salida de sangre por el ano).- Siempre son de mucha gravedad, excepto en enfermos que padecen hemorroides, y la conducta a seguir por el socorrista es la misma que se expone para los vómitos de sangre.
• Sangre en la orina.- Puede que sea de origen renal o por rotura de la vejiga; a veces es un síntoma de la fractura de pelvis, que a su vez ha roto la vejiga de la orina. En todo caso es grave y debe procederse a una evacuación rápida a un centro hospitalario.
1 Comentarios
Exelente contenido e aprendido mucho
ResponderEliminarMuchísimas gracias por lo que hacen por permitirnos aprender cada día más y con esta facilidad
Ayúdanos a mejorar nuestros contenidos!!!
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