1. LOS RIESGOS NATURALES Y ANTROPICOS

Introducción al manual: El terremoto (tsunami) del sudeste asiático. La plaga de langostas del norte de África. El terremoto-tsunami y el efecto en una central nuclear de Japón. La erupción volcánica de la Palma de 2021.

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LOS RIESGOS NATURALES Y ANTRÓPICOS

El bombero ante los riesgos naturales

1.1 Introducción al manual de riesgos naturales.

“Riesgos naturales”, el nombre resulta engañoso. 

Pudiéramos pensar que los daños que los fenómenos naturales causan son “los de siempre”, algo lógico y asumido. Nada más lejos de la realidad. 

El hombre ha ido ocupando zonas antes reservadas a la naturaleza, ha ido construyendo, canalizando, embalsando, etc. Ha ido aumentando la vulnerabilidad de zonas en las que durante millones de años los fenómenos naturales no tenían prácticamente incidencia, volviendo en su contra el supuesto avance tecnológico conseguido sobre esa misma naturaleza. Cada nuevo suceso catastrófico de origen natural produce más pérdidas humanas que la mayoría de los producidos en décadas anteriores.

Estos fenómenos naturales, en contra de lo que en principio pudiera pensarse, no causan más daños en los países que más tienen, y que por lo tanto más pueden perder, sino al contrario. De los informes facilitados por la ONU se deduce claramente que los países en vías de desarrollo y los menos desarrollados son los más afectados por los desastres naturales tanto en pérdidas humanas como en económicas. La pobreza está íntimamente unida al impacto negativo que tiene la naturaleza en este mundo cada vez más poblado. El 95% de las personas fallecidas viven en países con bajas rentas. Asia sigue siendo el continente más afectado, con más del 50% de los fallecidos totales y el 90% de los damnificados.

Veamos algunos ejemplos de siniestros ocurridos que pueden ser significativos:

Terremoto (tsunami) del sudeste asiático

Un terremoto a cuatro mil metros de profundidad, en el Océano Índico, con epicentro situado a la altura de la isla de Sumatra, a unos 260 kilómetros al oeste de la costa de Aceh (Indonesia), alcanzando los nueve grados de la escala Richter. 

Este seísmo produjo una cadena de tsunamis que borraron literalmente del mapa islas, playas y poblaciones, que quedaron sumergidas en una densa capa de lodo, agua y produciendo más de 300.000 fallecidos, dejando sin hogar a millones de seres humanos y causando graves daños en la infraestructura de estos países, la mayoría pobres o en vías de desarrollo.

Plaga de langosta en el norte de África

La peor plaga de toda su historia, con dos millones hectáreas infectadas por estos insectos, un millón de hectáreas en Mauritania y otro tanto en Marruecos. 

La densidad de los insectos fue superior al centenar por metro cuadrado y su ciclo biológico se vio favorecido por las lluvias que se produjeron por casi toda el territorio.

Las poblaciones nómadas del Sahara perdieron incluso sus pertenencias y “jaimas” (tiendas típicas) devoradas por las langostas después de haber aniquilado las parcelas de cultivo.

Terremoto (tsunami) y efecto en una central nuclear de Japón.

La costa del Pacífico en la región de Tohoku (Japón) se vio sacudida durante aproximadamente 2 minutos por un terremoto de magnitud 9 que fue seguido de varias réplicas de magnitud superior a 7 y más de cien de magnitud superior a 4. 

Este terremoto ha sido el más potente sufrido por Japón hasta la fecha y el cuarto más potente de los medidos en todo el mundo. El tsunami posterior, provocado por el mismo, barrió literalmente la costa noroeste de Japón, ocasionando más de 20.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, y más de 350.000 evacuados. Además de la inmensa destrucción causada directamente por el terremoto y el tsunami, en la Central nuclear de Fukushima se produjeron varias explosiones en los edificios que albergaban los reactores nucleares con fallos en los sistemas de refrigeración que hicieron que se liberara radiación al exterior, generándose el mayor accidente ocurrido en una central nuclear después de Chernóbil.

Erupción volcánica de La Palma en España en 2021

Después de más de 25 000 pequeños terremotos que azotaron la isla durante ocho días, se inició la erupción en un paraje denominado Cabeza de Vaca, en el lugar de Las Manchas, municipio de El Paso.

La erupción tenía inicialmente dos fisuras separadas por 200 metros, y ocho bocas.​ Autoridades como la Guardia Civil, que desplegó sobre el terreno a más de 120 efectivos, estimaron que el número total de evacuados podría superar los 10 000, consonante al recorrido que hiciese la lava hacia la costa. Igualmente, y en prevención de que la lava cortase las carreteras de acceso a los núcleos costeros, se evacuó Puerto Naos, La Bombilla, El Remo y Charco Verde, que hubieran quedado incomunicados. También se cerraron al tráfico varias carreteras por prevención.

Sin víctimas mortales confirmadas, pero numerosos daños provocados en infraestructuras, edificaciones, vehículos, agricultura y medio ambiente. El balance total de daños ascendió a 842,33 millones de euros. 73,8 km de carreteras resultaron sepultadas por la lava.​ La pérdida económica se estima en 228 millones de euros, también arrasó con redes de suministro hidráulico y eléctrico. La presencia de cenizas, en diversos momentos a lo largo del periodo de duración del fenómeno, hizo que en el aeropuerto de la isla se cancelaran 500 operaciones de aterrizaje y despegue. 2988 edificaciones habían resultado destruidas y 1219 hectáreas arrasadas.

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