Temario de oposiciones a bombero Teruel: Sistemas de detección y extinción de incendios: detectores, tipos y principios de funcionamiento. Instalaciones de protección contra incendios. Tipos de detectores de incendio y su elección. Pulsadores de alarma manuales. Central automática de señalización y control de alarmas. Detectores automáticos de incendios.
INSTALACIONES DE PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS
Componentes en una instalación de detección de incendios
Generalidades
Una instalación automática de detección de incendios está formada por:
RESUMEN DEL TEMA
1. Detectores automáticos de incendios
Por tipos sus características y principio de funcionamiento son:
1.1. Detector de gases de combustión (o iónicos)
Detectan gases de combustión, es decir, humos visibles o invisibles.
Como cualquier inicio de incendio desprende gases (aunque no desprenda humos visibles, llama o elevada temperatura), se trata del detector de mayor sensibilidad, el primero en detectar. Por ello, en principio, es el de mayor aplicación.
Se llaman iónicos o de ionización por poseer dos cámaras, ionizadas por un elemento radiactivo, una de medida y otra estanca o cámara patrón.
Una pequeñísima corriente de iones de oxígeno y nitrógeno se establece en ambas cámaras. Cuando los gases de combustión modifican la corriente de la cámara de medida se establece una variación de tensión entre cámaras que convenientemente amplificada da la señal de alarma.
Como efectos perturbadores hay que señalar las:
- Corrientes de aire intensas (se neutralizan con paravientos).
- Polvo (se neutralizarán con telas filtrantes) así como otros elementos similares.
Su sensibilidad puede regularse. Exigen limpieza periódica, así como pruebas de funcionamiento. Instalado a una altura de unos cuatro metros protege una zona de unos 50-70 m².
1.2. Detector óptico de humos
Detectan humos visibles. Se basan en la absorción de luz por los humos en la cámara de medida (oscurecimiento) o también en la difusión de luz por los humos (efecto Tyndall).
Son de construcción muy complicada (más que los iónicos) ya que requieren una fuente luminosa permanente o bien intermitente, una célula captadora y un equipo eléctrico muy complejo.
El efecto perturbador principal es el polvo. Puede limitarse a base de laberintos, pero resulta bastante ineficaz.
Precisa limpieza periódica y pruebas frecuentes de funcionamiento. Cubre una superficie de 50-70 m².
1.3. Detectores de temperatura
El elemento a detectar es la temperatura.
Hay dos tipos básicos:
- De temperatura fija (o de máxima temperatura).
- Termovelocimétrico.
1. Detectores de temperatura fija:
Los de temperatura fija que son los más antiguos detectores, actúan cuando se alcanza una determinada temperatura.
Se basa en la deformación de un bimetal o en la difusión de una aleación (caso de los sprinklers).
Actualmente son poco utilizados por actuar cuando el incendio ha adquirido bastante volumen. En cambio por su simplicidad son muy fiables.
2. Detectores termovelocimétricos:
Los termovelocimétricos miden la velocidad de crecimiento de la temperatura. Normalmente se regula su sensibilidad a unos 10ºC/min.
Se basan en fenómenos diversos como dilatación de una varilla metálica, etc. Comparan el calentamiento de una zona sin inercia térmica con otra zona del detector provista de una inercia térmica determinada (que permite modificar la sensibilidad del detector).
Son efectos perturbadores los rayos solares directos, radiadores, etc.
Actualmente ambos tipos de detectores de temperatura se montan juntos. Requieren un mantenimiento casi nulo. Cubren zonas de 20-30 m².
1.4. Detectores de llamas
Detectan las radiaciones infrarrojas o ultravioletas (según tipos) que acompañan a las llamas.
Contienen: filtros ópticos, células captadoras y equipo electrónico que amplía y amplifica las señales.
Son de construcción muy complicada. Requieren mantenimiento similar a los ópticos de humos.
Los efectos perturbadores son radiaciones de cualquier tipo: Sol, cuerpos incandescentes, soldaduras, etc.
Se limitan a base de filtro, reduciendo la sensibilidad de la célula y mediante mecanismos retardadores de la alarma para evitar alarmas ante radiaciones de corta duración.
Son adecuados para proteger grandes espacios (hasta 1000 m²) desde grandes alturas, especialmente si se trata de fuegos rápidos de líquidos inflamables (por ejemplo hangares de aviación, etc.).
Debe tenerse en cuenta que un detector de llamas protege lo que "ve", siendo necesario que no haya "zonas oscuras".
2. Zócalos o bases
Es importante que los zócalos instalados sean normalizados con el fin de permitir una intercambiabilidad que permita adaptase a los posibles cambios del tipo de detector adecuado.
Hay en la actualidad zócalos adaptados a las distintas situaciones que puedan presentarse: Vistos, empotrados, antideflagrantes, antihumedad, para canales de aire acondicionado, etc.
Es muy importante que el zócalo o detector disponga de un sistema de señalización externa que permita determinar a distancia y rápidamente cual es el detector que ha dado la alarma dentro de una línea de detectores.
En caso de detectores en zonas ocultas (aire acondicionado, silos, cuartos de maquinas, armarios eléctricos, etc.) es necesario repetir la señalización de alarma de detector en una zona visible.
3. Pulsadores manuales de alarma
Son accionados por personas en caso de incendios.
No habrá por tanto falsas alarmas producidas por los efectos perturbadores citados. En base a ello una alarma de pulsador es más grave que una alarma de un detector automático.
Siguiendo esta lógica de razonamiento en una misma línea nunca se mezclan pulsadores y detectores. Las líneas de pulsadores nunca deben ponerse fuera de servicio.
4. Central de señalización
Es el cerebro del sistema y a ella están unidas las líneas de detectores y la de pulsadores de alarma.
Entre las funciones a desarrollar por una central de señalización destacan:
- Alimentar el sistema a partir de la red. Debe disponer de batería para alimentación de socorro por fallo de red. Debe recargar la batería y avisar de sus averías.
- Dar señales ópticas o acústicas en los diversos niveles de alarma preestablecidos.
- Debe permitir localizar la línea donde se ha producido la alarma.
- Controlar la realización del plan de alarmas: Controlar la presencia del vigilante y de extinción del fuego. En caso contrario disparar la alarma general, etc.
- Realizar funciones auxiliares como: Transmitir alarma al exterior. Dar orden de disparo de instalaciones automáticas. Transmitir a mandos situados a distancia. Permitir realización de pruebas. Etc.
5. Líneas de interconexión
Unen los detectores y pulsadores de alarma a la central y ésta las alarmas ópticas acústicas o sistemas de mando a distancia.
Entre las características de las líneas destacan:
- Las líneas deben estar vigiladas. Una avería (rotura) debe ser detectado y señalizado en la central.
- Alcanzar longitudes de hasta 1000 metros y 20 detector por línea. No tiene sentido forzar estos límites pues supone controlar zonas muy alejadas de la central que requerirá un tiempo alto de localización del detector excitado, con la demora en la toma de decisiones que esto supone.
- El material de las líneas es normal de iluminación o de telefonía, con las secciones adecuadas a la carga y un grado de protección en función del local.
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