Sumario: Fuegos de Clase D. Aguas sobre incendios de sodio. Aguas sobre incendios de potasio. Aguas sobre incendios de litio. Aguas sobre incendios de bario. Aguas sobre incendios de sodio. Aguas sobre incendios de estroncio. Aguas sobre incendios de zirconio. Aguas sobre incendios de plutonio, uranio y torio. Aguas sobre incendios de Magnesio. Aguas sobre incendios de Titanio. Caso práctico.
EXTINCIÓN DE INCENDIOS DE METALES Y AGUA
"Manual de Bomberos"
Dentro de la clasificación de los Fuegos (A, B, C, D y F) los fuegos de metales son los de la Clase D, y corresponden entre otros al Litio, Sodio, Potasio, Magnesio… los cuales generan muchos problemas a la hora de ser extinguidos.
Si el incendio en un taller donde se trabaja con magnesio u otros metales combustibles (excepto metales alcalinos y materiales fisionables) se escapa del control, hasta el punto en que se abran los rociadores automáticos, el gran volumen de agua de los rociadores extingue normalmente los fuegos de Clase A y de magnesio. Donde existan sistemas de protección de rociadores automáticos, se colocan cubiertas deflectantes para proteger los hornos, reactores y otros lugares donde pudiera existir metal fundido.
Cuando el metal ardiente se salpica con pequeñas cantidades de agua, extrae oxígeno del agua, lo que favorece la combustión. Al mismo tiempo, se produce hidrógeno libre, que se incendia fácilmente.
Puesto que el agua en pequeñas cantidades acelera la combustión de los fuegos de metales (particularmente cuando se trata de astillas o de finos) no se recomienda el empleo de extintores portátiles ordinarios que contengan agua, excepto para controlar el fuego de los materiales de Clase A que estén contiguos a los materiales incendiados.
Sin embargo, el agua es un magnífico refrigerante y puede emplearse contra algunos metales combustibles, en condiciones adecuadas y con un método de aplicación acertado, para reducir la temperatura de los metales ardientes por debajo del punto de ignición. En los siguientes párrafos se trata de las ventajas y limitaciones del empleo de agua contra fuegos de diversos metales combustibles.
- "Todos los metales alcalinos (tales como el sodio, potasio o litio, por ejemplo) reaccionan con el agua produciendo hidróxido y liberando gas hidrógeno"
El agua aplicada sobre sodio, potasio, litio, aleaciones de sodio-potasio (NaK), bario y probablemente también calcio y estroncio induce a reacciones químicas que posibilitan que se produzca un incendio o una explosión, incluso a temperatura ambiente. Por lo tanto, no debe emplearse agua contra los fuegos de estos metales.
1. Aguas sobre incendios de sodio
- Reacciona violentamente con agua. Esto genera peligro de incendio y explosión.
- Se descompone rápidamente bajo la influencia del aire y humedad. Esto produce gas inflamable/explosivo.
- Altamente inflamable. Muchas reacciones pueden producir incendio o explosión. En caso de incendio se desprenden humos (o gases) tóxicos e irritantes.
- Riesgo de incendio y explosión en contacto con ácidos, halógenos o agua.
- Usar polvo especial, arena seca. NO usar otros agentes.
- Combatir el incendio desde un lugar protegido.
2. Aguas sobre incendios de potasio
En contacto con el agua desprende gases inflamables que pueden inflamarse espontáneamente Provoca graves quemaduras en la piel y lesiones oculares.
- Usar polvo especial, arena seca. NO usar otros agentes.
- NO poner en contacto con agua, ácidos o halógenos. Evitar las llamas, NO producir chispas y NO fumar.
3. Aguas sobre incendios de litio
- Usar polvo especial. NO usar agua. NO usar otros agentes.
- En caso de incendio: mantener fríos los bidones y demás instalaciones rociando con agua. NO poner en contacto directo con agua.
- El calentamiento intenso puede originar combustión violenta o explosión. La sustancia, cuando se dispersa finamente, puede incendiarse espontáneamente en contacto con el aire.
- Por calentamiento intenso se forman humos tóxicos. Se descompone por calentamiento. Esto produce humos tóxicos.
- Reacciona violentamente con oxidantes fuertes, ácidos y muchos compuestos (hidrocarburos, halógenos, halones, hormigón, arena y amianto). Esto genera peligro de incendio y explosión.
- Reacciona violentamente con agua. Esto produce gas hidrógeno muy inflamable y humos corrosivos de hidróxido de litio.
4. Aguas sobre incendios de bario
- Reacciona violentamente con agentes extintores de incendio tales como agua, bicarbonato, polvo, espuma y dióxido de carbono.
- Enjuagar la ropa contaminada con agua abundante (peligro de incendio).
- La sustancia, en forma de polvo, puede incendiarse espontáneamente en contacto con el aire. La sustancia es un reductor fuerte. Reacciona violentamente con oxidantes y ácidos. Reacciona violentamente con disolventes halogenados. Reacciona con agua. Esto produce gas inflamable/explosivo (hidrógeno.
- Usar polvo especial, arena seca. NO usar agua.
5. Aguas sobre incendios de calcio
- Reacciona violentamente con agentes extintores de incendio tales como agua, espuma, halones y dióxido de carbono.
- NO llevar a casa la ropa de trabajo.
- NO usar agua. Usar polvo especial, arena seca. NO usar otros agentes.
- En caso de incendio: mantener fríos los bidones y demás instalaciones rociando con agua.
- NO poner en contacto directo con agua.
6. Aguas sobre incendios de Estroncio
- No combustible pero produce gas inflamable en contacto con agua o aire húmedo.
- NO usar agua. Usar arena seca, polvo especial. Puede alcanzarse rápidamente una concentración molesta de partículas suspendidas en el aire cuando se dispersa.
7. Aguas sobre Incendios de zirconio
El zirconio en polvo, humedecido con agua, es más difícil que entre en ignición que el seco. Sin embargo, una vez que entra en ignición, el polvo húmedo arde más violentamente que el seco. El polvo que contenga entre el 5 y el 10 por ciento de agua se considera el más peligroso.
- No deben aplicarse pequeños volúmenes de agua al zirconio incendiado, pero, en grandes volúmenes, el agua puede tener éxito si cubre totalmente los trozos macizos o astillas grandes de material ardiente (por ejemplo, sumergiendo el metal en una cuba o barril de agua).
- Los chorros de agua aplicados directamente con mangueras a las astillas de zirconio incendiadas suelen producir reacciones violentas.
8. Agua sobre incendios de plutonio, uranio y torio
La aplicación de pequeñas cantidades de agua aumenta la intensidad del fuego del uranio y torio naturales, e incrementa la necesidad de realizar una limpieza total de la contaminación resultante con posterioridad al fuego.
Los fuegos de residuos de uranio natural pueden combatirse con agua por el personal (llevando caretas y guantes y con palas de mango largo), recogiéndolo y echándolo en un barril con agua situado en el exterior. El hidrógeno que se forma puede incendiarse por encima del barril.
El riesgo de radiactividad del uranio natural es muy bajo (el uranio es en realidad un metal venenoso, aunque bastante menos tóxico que el plomo).
El empleo del agua contra uranio o plutonio enriquecido (materiales fisionables) está, generalmente, prohibido. Si se ingiere, el plutonio es considerablemente más peligroso que el uranio.
9. Agua sobre incendios de magnesio
Aunque el agua en pequeñas cantidades acelera los fuegos de magnesio, la rápida aplicación de grandes cantidades de agua, por su efecto enfriante, es efectiva en la extinción de los fuegos de magnesio.
Los rociadores automáticos extinguen los incendios que ocurren en los talleres metalúrgicos cuando las cantidades de metal son reducidas. Sin embargo, no debe emplearse agua en fuegos de gran número de astillas de magnesio, cuando sea dudoso que exista suficiente cantidad de agua para hacerse cargo de una gran superficie (Unas cuantas astillas en ignición pueden extinguirse arrojando sobre ellas un cubo de agua). Los pequeños chorros de los extintores portátiles aceleran violentamente los fuegos de astillas de magnesio.
Las piezas de magnesio incendiadas, tales como piezas moldeadas o estructuras fabricadas, pueden enfriarse y extinguirse con gruesos chorros de agua ocasionados por medio de mangueras normales. Un chorro compacto esparce el fuego, pero las gotas gruesas (producidas por una lanza colocada a cierta distancia del fuego o por una lanza graduable) se sitúan por encima y enfrían el metal que no esté ardiendo. A continuación se dirigen los chorros contra el fuego. Normalmente, se produce una aceleración temporal cuando se aplica este procedimiento, pero a esto le sigue una rápida extinción si se continúa aplicando el método. Los incendios bien avanzados y asentados en montones de recortes de magnesio de varios cientos de kilogramos se han logrado extinguir en menos de un minuto con dos mangueras de incendios de 45 mm.
Por otra parte, la nebulización de agua tiende a acelerar estos fuegos en lugar de enfriarlos. Debe evitarse la aplicación de agua a los fuegos de magnesio cuando existan grandes cantidades de metal fundido. La formación de vapor de agua y las posibles reacciones del agua con el metal pueden producir explosiones.
10. Agua contra fuegos de titanio
- No debe emplearse agua contra los fuegos de linos de titanio y debe utilizarse solamente con gran precaución en otros fuegos de titanio.
- Las pequeñas cantidades de titanio en ignición (que no sea en forma de finos) pueden extinguirse y recuperarse cantidades considerables si se lanza material ardiente en un gran volumen de agua, sumergiéndolo totalmente.
Se han empleado con éxito chorros de agua de mangueras contra fuegos de pilas de recortes situadas en el exterior, pero se tiene noticia de que han sucedido violentas reacciones en otros casos en que se aplicó agua contra el titanio caliente o en ignición, produciendo graves lesiones al personal.
CASO PRÁCTICO
"Incendio en un taller de aluminio de Elche (España)"
El incendio en este taller con alta concentración de estos materiales requería de una intervención en la que no se usara el agua ya que esto incrementaría las llamas.
¿Cómo se extingue el fuego cuando no podemos usar agua?
Los bomberos están preparados para abordar este tipo de situaciones cuando actúan en espacios con productos químicos.
Eran las nueve y media de la mañana cuando llegaba el aviso de un fuego en un local de Elche. Este establecimiento en el que habían estado trabajando con metales como el aluminio causó un aparatoso incendio.
Según explicaba el Consorcio Provincial de Bomberos, la situación requería una atención de urgencia. Este local estaba en el bajo de un edificio de cuatro alturas. Los vecinos se quedaron confinados en sus viviendas hasta que se consiguiera la total ventilación del espacio afectado.
El suboficial jefe del parque de bomberos de Elche, fue el encargado de coordinar esta acción. Explicaba cómo se tiene que trabajar cuando la presencia de metales en el aire es tan alta que estos se comportan como si fuera un gas, con los consiguientes riesgos que acarrea.
El despliegue
Los bomberos cuando acuden a cubrir esta emergencia llegan con su camión de bomba urbana pesada, BUP, con autoescalera y un equipo que incluía, además de el suboficial jefe, a un sargento, un cabo y otros seis bomberos, a no ser que la indicación sea la contraria, se parte de que la extinción se hará con agua, como todos los incendios clasificados como A.
Al soltar el agua a presión por la boca de 25 milímetros de la manguera, esta entró en contacto con la cantidad de metales pulverulentos en suspensión. Ese fue el momento en que se produce una violenta explosión que incluso provoca la rotura de cristales. Al estar los bomberos equipados con el traje de protección térmica y mecánica, además de la protección respiratoria con las botellas de aire, no resultaron heridos.
La explosión fue la señal de que en las reformas del local, que había estado sin uso, se trabajaba con metales como el aluminio. Igual que la reacción del agua con el fuego originado de esta forma es instantánea, tenía que ser la del plan de acción. El incendio se tenía que contrarrestar con otros métodos.
Este tipo de fuegos, suelen ser muy poco usuales. Se consideran de este modo a los que parten de combustibles metálicos, los que se podrían encontrar en empresas donde se usa aluminio, magnesio o sodio. No era esta la previsión que tenían al acudir al aviso de un incendio de un bajo en reformas.
La espuma CAFoam, tampoco servía para este caso, se tenía que recurrir a la sepiolita. Este mineral se aplica como arena para sofocar el fuego. Así se evita el contacto del fuego con el oxígeno del aire y este se consume antes.
Al tratarse de un local reducido, la extinción se pudo hacer con mucha rapidez. A partir de ahí, el trabajo con el resto del edificio donde, si bien no habían llegado las llamas, el humo sí que se había extendido por todo el hueco de la escalera. "En estos casos se mete un ventilador de presión positiva que inyecta entre 9 y 11 metros cúbicos de aire por segundo, lo que hace que se genere esa sobrepresión que hace que el humo salga por la salida de arriba".
Una vez controlados ambos frentes, poco antes de las once de la mañana, dan por concluido el servicio.